La Tierra es el origen de los seres que nacen y el destino de los que mueren en este mundo físico.
El espíritu, cuando desencarna, vuelve al mundo espiritual.
Lo que ocurre normalmente es que el espíritu se sitúa en uno de esos niveles vibratorios del planeta astral, el que se corresponde con su nivel energético, que depende a su vez de su nivel espiritual.
Cada uno de nosotros nos encontramos ahora en uno de esos niveles, y la realidad que observas a tu alrededor es la propia de este nivel vibratorio.
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